María Montero
Fotógrafa
Foodie y cocinillas
Coruñesa
Trimamá
Tengo muchas más facetas, pero éstas son las que me convierten en la persona idónea para realizar las imágenes de tu negocio gastronómico.
Te cuento por qué:
FOTÓGRAFA
De niña quería ser pintora y esa idea no me abandonó hasta que tuve una réflex en mis manos y descubrí que con ella era capaz de decirlo todo en un instante.
Comencé mi formación en Bellas Artes, pasando por la Escuela Pablo Picasso (donde me titulé en Fotografía Artística en 2005) y terminé licenciándome en Comunicación Audiovisual (2010).
Trabajé como diseñadora gráfica y fotógrafa social, y seguí formándome en Community Management y gestión de E-Commerce, pero mi inquietud por el arte y por expresar emociones en imágenes siempre me ha empujado hacia otros horizontes.
FOODIE Y COCINILLAS
Me encanta comer, probar productos diferentes, ir a restaurantes, cocinar recetas nuevas, conocer todos los sabores que la gastronomía nos ofrece.
Es una pasión que comparto con mi familia, por ello cocino todos los días, no me gusta repetir platos a menudo e invierto mucho tiempo en pensar y organizar nuestro menú semanal.
Además, me preocupa mucho saber con qué lleno la nevera, la calidad de lo que comemos, su procedencia y su impacto en el medio ambiente. Apuesto siempre que puedo por el producto de cercanía y de temporada, y si es ecológico mucho mejor.
No sólo una fotógrafa, una persona a la que podrás pedir consejo.
CORUÑESA
Me encanta Galicia, tengo mucho aún que descubrir aquí y me ilusiona ver cómo surgen continuamente nuevos negocios gastronómicos, productos artesanales e iniciativas muy interesantes que sacan todo lo bueno de nuestra terriña.
A ellos quiero dedicar mi trabajo, para ayudar a que tengan el sitio que merecen en nuestras despensas y en nuestra memoria culinaria.
TRIMAMÁ
Aunque suene ilógico, para mi desarrollo profesional mi faceta como madre es más importante que todo lo anterior.
Mis hijas son el motor de mi vida, de las que más he aprendido a ser valiente, imaginativa, resoluta, paciente, comprometida, responsable, diplomática, constante, autocrítica, resiliente… y tantas otras cualidades que no sabía que tenía.
Gracias a mi trabajo creativo he podido criarlas yo misma junto a su padre, y eso es un privilegio al que no quiero renunciar. Por eso pongo lo mejor de mí en cada encargo que recibo.
Enseñarles a comer sano y variado es una meta que me marco cada día y me da energía para afrontar cualquier reto culinario que se me ponga por delante.